Campo de guerra

La semana pasada fue la semana del "cómo cresta nos metimos en esto".

Ahora esta semana es la combinación de satisfacción y saltos ornamentales . Porque luego de admirar cómo está quedando el nuevo piso, ustedes no saben lo complicado que puede ser prender un interruptor que esta a metro y medio, sin pisar los porcelanatos recién instalados, a oscuras y con una bandeja con platos en la mano. Pero lo hemos logrado.

La casa entera parece un campamento gitano. Hoy, por ejemplo, prendimos la sanguchera en el segundo piso, al ladito del DVD y la caja de Legos. La pieza de los niños es además donde se seca la ropa. El patio parece el de una familia con mal de Diógenes. Ni les cuento lo elegante de nuestra cortina plástica que separa el primer del segundo piso. Y pese a todos nuestros esfuerzos, la suciedad ha llegado a los rincones más insospechados de la casa... 

Ya estoy haciendo el listado de cosas que voy a cocinar con la cocina nueva. Mentalmente estoy organizando todo, y he tenido pesadillas pensando que no me caben todas las cosas y quedamos faltos de cajones. Si, bueno, estos procesos conllevan cierta psicosis.

Pero como decían los romanos, Alea Jacta est.
La suerte está echada.

Tiempo de cambios

Comienzan los cambios visibles, y la cosa se vuelve también algo más compleja de circular. ha empezado al fin la instalación del porcelanato en todo el primer piso, comn un maestro que debía haber llegado el jueves, pero que tuvo problemas. El loco es MUY eficiente, en un día hizo casi todo el primer piso. Nos dejó un pequeñísimo tramo caminable entre la bajada de la escala y el lavadero, que es nuestra actual cocina.

Al terminar el día, quedó un tramo sin porcelanato, como les decía; ahí picaron el piso y vimos la verdad: bajo el batuco hay ladrillo ¿qué habrá bajo el ladrillo?

Aún no les mostramos nuestra cocina temporal. Ya lo haremos: Ahí sí que podríamos preguntarles ¿qué saen de frio?

Pero como no todo eso piso, mirar el techo es interesante también: pasamos de las huellas del hormigón armado, a las lisuras de la pasta de muros. Un deleite.

Y ahora están haciendo los guardapolvos. Pero eso será otra foto

El futuro de la cocina chilena

Así llegamos al comienzo del fin de semana. Solo esta foto basta, con un techo que empieza a funcionar y a darnos esperanza de un futuro limpio. Ahora oremos porque se cambien pronto las ventanas y volvamos a alejarnos del frio.

 

Rutina de pocos metros

Empieza el trabajo pequeño, que no se nota a simple vista, sino que hay que fijarse, medianamente. Se empastan vigas y el cemento despliega su olor tan característico.

Ahora, lo que sí empieza a aparecer es la doble altura del techo de la cocina, asunto que nos tiene contentos, porque eso hace crecer el espacio (eso ya debo haberlo dicho en la publicación anterior).

Además, se empasta el cielo, y cuando la cosa se pone lisa, se pone linda (pregúntenle a mi prima).

Ahora, lo que es realmente horrendo es la pulida del piso. Eso partió tempranito, y dejó la casa cubierta de polvillo, TODA. La Eva estaba feliz.

Y bueno, la ventana de la cocina por afuera. Es verdad, por ahí podrá usted reclamar su caipirinha o su chilcano

Fase lenta

Rápidamente comenzamos con trabajos que ya no son tan notorios, cuyos avances se ven menos.
ES cierto que partimos con una cocina digna de una okupa, y que terminamos más limpios y ordenados, pero llegamos y no nos asombramos tanto como los primeros 2 días.

Se terminó el marco de la ventana, que como les decía, es importante tener rápidamente lista para medirse y mandarse a hacer la ventana misma. Desde afuera se ve la zona de entrega de los copetes en los asados.

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Pero claro, en la noche se vio ya algo importante: la doble altura del techo de la cocina: levantar el techo, aunque sea 20 Cms. es importante para dar aire y crear la sensación de espacio.

Rápido avance

Al llegar a casa, siempre por la cocina, o por la puerta de atrás, como usted prefiera, este fue el panorama con que nos encontramos: eficiencia total: al segundo día la pared ya no estaba. Además, había cadena sobre el dintel de la puerta y en le resto de la pared, por lo que no es necesario crear la viga.

Se percibe el espacio, es bueno, no es chico. Claro, faltan los muebles, pero hay espacio, vamos por buen camino.

Desde el living, también se aprecia el espacio. Es entretenido, tendremos un buen espacio.

Además, las paredes no son delgadas, es harta pega botar esta pared. Aparte de los ladrillos, el estuco es harto también. ¿Serán así las casas que se construyen ahora? De seguro no, porque nada es como antes.

Otro asunto: se rebajó la ventana de la cocina, que será zona de conexión con el patio, integrando los espacios. Es que somos partidarios d euna arquitectura de integración, no sé ustedes. 

Esta es de las partes más demorosas del trabajo, porque deben medir el espacio definitivo y terminado para hacer las ventanas, que puden demorarse 3 semanas.

Así con el fin de semana

Segunda cocina, día 1

Temprano en la mañana comenzaron las actividades. Son 2 maestros, uno como jefe de obra, que coordinará también a los otros maestros puntiuales que vengan, y Segundo, que es el segundo.

Lo primero es sacar las baldosas, y oh, sorpresa, había baldosín BAtuco originalmente. Algunos conjeturan que abajo puede haber mármol, petróleo, fósiles o restos incaicos, pero no sguiremos excavando.

Una vez terminada la jornada, ya casi todo el piso está levantado y se comprobó que el muro que divide la cocina del comedor tiene viga, por lo que no será neceario usar alzaprimas para mantener la estructura mientras se hacía una viga. ¡Alabao!

SE empezó también a sacar los muebles de cocina

Acá se ve que hay viga. ¿Cómo que no? Arriba se ve, clarito

Así queda el comedor con el piso original. Al final, parece que dejaremos ese piso en el porche.

Este muro es el que hoy deberían estar botando.

Y estos eran los mesones originales: cerámica sobre tableros de madera aglomerada. Pero ya no más.

Ya veremos como sobrevivimos y les mostraremos cómo se administran los enseres. Siempre había querido ocupar esa palabra, nosotros también tenemos enseres.

Segunda cocina, dia cero

Hasta antes de anoche, esos espacios eran nuestro comedor y nuestra cocina, que ya están fotografiados con menos aparatos, como el refrigerador, que fue movido con gran esfuerzo físico. Botaremos la pared que separa ambos espacios y los uniremos, cambiaremos todo el piso y habrá muebles nuevos. Serán 7 semanas, según lo planificado, para terminar la obra. Ya les iremos mostrando los avances.